Afortunadamente, los santuarios del arte y de la cultura siguen vivos en Almería. El número de museos, salas de exposiciones, galerías de arte y espacios culturales de la provincia ha ido en aumento en los últimos años, conformando un sistema museístico digno de alabar y más que envidiable. Los contenidos de dichos espacios, tan importantes para el turismo y la puesta en valor del patrimonio común de los almerienses, conforman una oferta museística que abarca desde el arte hasta la etnología, desde la historia hasta la arqueología, pasando por otras disciplinas, como la antropología, la geología o las ciencias naturales.
Allí se muestran bienes de incalculable valor. Su conservación para su respeto, conocimiento y disfrute es una obligación de las administraciones, pero también de los ciudadanos. Cada pieza artística, arqueológica, cada fósil, cada objeto que conformó parte de la vida de un individuo o de un grupo en su trabajo y quehacer cotidiano, o de su forma de expresarse en un momento histórico determinado, reúne un valor único e irrepetible. Así pues, es loable todo esfuerzo que se haga por mantenerlo y contextualizarlo, para que todas las generaciones venideras puedan entender el pasado con criterio objetivo. Es un derecho para ellas, más que un privilegio, y para nosotros debe ser un deber, pero también un privilegio.