Los montes, llanos y la rica biodiversidad de la zona de Filabres, con enormes extensiones de monte con romero, tomillo, retama y cientos de especies de flora, hacen posible la producción de una miel única en el mundo. El buen clima también favorece la producción. En la zona de Lubrín inició su andadura como productor José Antonio López, que comercializa una amplia gama de productos, desde la miel pura, miel con panal, polen, miel con almendras, con nueces, así como otros productos derivados, como velas elaboradas de la cera más pura. Una amplia gama que se ampliará en breve también con cosméticos, debido a las amplias propiedades que reúnen los derivados de la miel, un producto con múltiples propiedades.
En la primera planta de la fábrica, Miel Sierra Filabres cuenta con una sala para el envasado y etiquetado de miel, un almacén de envases y una zona para el transporte. En la planta superior se ubican las oficinas y una sala de exposiciones que José Antonio López quiere convertir en un museo sobre la apicultura, que suponga un valor añadido para su negocio y atraiga visitas de escolares y turistas a Lubrín, dando a conocer esta práctica.
Este joven empresario, procedente de una familia dedicada a la apicultura, creó su primera colmena con tan sólo 11 años y ahora, con 30, cuenta con más de 500. Miel Sierra Filabres es única. Produce miel de diferentes tipos de manera artesanal y natural, y ha ido ampliando la cartera de productos, incluyendo miel con panal, miel con frutos secos, jalea real, polen, caramelos, chocolate con miel, propóleo, velas de cera de abeja y productos cosméticos, como gel, champú, mascarillas y cremas. Asimismo, suministra a otros apicultores instrumentos para trabajar, como caretas, guantes, colmenas, cera, cepillos, etc.
En esta línea, José Antonio López ha realizado las últimas pruebas para poner en marcha una novedosa máquina que permitirá limpiar y desinfectar colmenas y fundir los cuadros de cera con rapidez, obteniendo una cera de mayor limpieza y calidad.