Eloy Muñoz y Elisa Ramos apostaron por elaborar una de las comidas más típicas y con más tradición de Almería y de las que mayor historia tienen. Las migas son típicas de toda la provincia, pero en la zona de Filabres, especialmente en Lubrín, hay un arte especial ancestral de muchas generaciones que ellos han aprendido de sus progenitores y lo hacen con gran maestría.
Crearon Precocinados El Castillico, una empresa familiar ubicada en Lubrín que ha ido creciendo pero sin perder la manera artesanal de elaboración y un envasado y conservación sin ningún tipo de aditivos que adulteren el sabor ni la calidad. Esa elaboración artesanal y auténtica ha sido la gran clave de su enorme éxito.
Los creadores de este producto típico de primera lo tienen claro: “Nuestro objetivo es ofrecer una cocina de calidad, en la que no se utiliza aditivos ni conservantes, consiguiendo un sabor como hecho en casa.”
Elaboran las migas sin procesos industriales, a mano, como se han hecho toda la vida. El sabor es único. A ello contribuye, además de la receta magistral, los ingredientes: aceite de oliva virgen extra, agua exquisita y una harina de primera calidad insuperable. Se elaboran y congelan, preparadas para descongelar y calentar en microondas o en sartén y degustarlas como si estuvieran recién hechas.
Para consumo doméstico y para profesionales de la hostelería estas migas son una buena solución para evitar la laboriosa preparación de este plato, tan demandado en la hostelería. Una vez descongeladas están listas paa calentar y degustar, pero algunos expertos ya recomiendan calentar en sartén con unos ajos fritos o con unas gotitas de aceite, para darle el toque final antes de servir como recién hechas.
