Adra es una de las poblaciones con más historia de la provincia, por donde han pasado fenicios, griegos, romanos y árabes. Por este motivo, el municipio cuenta con un amplio patrimonio cultural, un atractivo que se suma a sus 13 kilómetros de playas y calas vírgenes, a sus entornos naturales de interior, a su gastronomía de fuerte arraigo marinero, una apuesta total de calidad y a su variada programación cultural. Elementos que hacen de Adra uno de los destinos turísticos indispensables de Almería.
La gastronomía es uno de los grandes atractivos abderitanos. Un arte culinario basado en productos frescos y de calidad procedentes del mar, como el pulpo, la gran estrella autóctona; y de la tierra, como las extraordinarias patatas de Adra. La ciudad también acaba de estrenar su nuevo Centro de Interpretación de la Agricultura en el Molino del Lugar, un espacio dedicado al pasado y el futuro del principal sector económico de la ciudad..
En cuanto al variado patrimonio histórico del municipio, tiene como epicentro el Museo de Adra, donde se recrea la vida cotidiana en época romana gracias a los restos arqueológicos encontrados en el Cerro de Montecristo, enclave donde se asentó la originaria Abdera. Junto al museo se encuentra la Plaza de San Sebastián, próxima a la Ermita de San Sebastián (siglos XVII-XVIII), con una interesante portada cargada de historia. Cerca están la Plaza Vieja y el primitivo núcleo urbano de Adra de los siglos XVI y XVII. En el entorno se encuentran restos del recinto amurallado de la villa, declarados Bien de Interés Cultural: la Torre de la Vela, el torreón de Olvera y un importante lienzo de muralla que conserva el camino de ronda, troneras y saeteras. Desde el mirador de la Torre de los Perdigones, se ve el Centro de Interpretación de la Pesca, que alberga además la Oficina Municipal de Turismo. Allí, debajo de la Torre de los Perdigones, se ha restaurado y musealizado la galería de 80 metros que se construyó como refugio en la Guerra Civil, convertido en un nuevo e interesante atractivo turístico.
En definitiva, Adra es el destino ideal para quienes buscan historia, gastronomía de calidad y espacios naturales sorprendentes, donde realizar rutas como la de Bolaños o la de Guainos, que muestran el esplendor de la sierra de la Contraviesa, en las Alpujarras Bajas. O, en la costa, la del sendero azul, que recorre las playas de San Nicolás y Censo, ambas con banderas azules y de ‘Q de Calidad’. Impregnadas de historia, las rutas de las azucareras, la de los molinos, la del agua o la de las casas señoriales también son imprescindibles. Los deportes acuáticos y la programación de conciertos, cine y teatro completan una oferta que satisfará al viajero que se acerque a conocer este municipio almeriense.
PLAYAS Y CALAS, LA JOYA DEL VERANO ABDERITANO
La situación privilegiada de Adra, entre el mar y las estribaciones de Sierra Nevada, facilita una variada propuesta turística de naturaleza, con playas para todos los gustos. Y es que sus más de 13 kilómetros de costa es el gran potencial turístico de Adra y lo que más llama la atención del visitante en época estival, especialmente de aquellos que buscan un entorno familiar y no masificado.
Así, Adra ofrece una gran variedad de playas urbanas, con todo tipo de servicios, pequeñas y recónditas calas, también una playa naturista e, incluso, una playa para perros. A destacar que en la ciudad milenaria ondearán un año más sus cuatro banderas azules en las playas del Carboncillo, San Nicolás, El Censo y Sirena Loca, que cuentan también con la Q de Calidad.